Pate Henaff en 1915 hasta que se obtuvo la etiqueta EPV “Entreprise du Patrimoine Vivant” en 2016, una marca de reconocimiento del Estado para distinguir a las empresas francesas con un saber hacer excepcional.
Es la historia de una empresa familiar que ha sabido desarrollarse a través de los siglos, sin cuestionar nunca la extrema atención que se presta a la calidad de sus productos.